Quo vadis pdf espaol




















Si su Dios es omnipotente, dispone de la vida y de la muerte, y si es justo, enva la muerte con justicia; por qu entonces Pomponia - lleva luto por su hija? Llorando a Julia protesta contra su Dios. Tengo que exponer este razonamiento a nuestro mico Barborroja, para que vea que en dialctica estoy tan fuerte como Scrates. En cuanto a las mujeres, sabido es que cada una tiene tres o cuatro almas, y ninguna sentido comn.

Por el vientre de Isis, te aseguro que si hubisemos comunicado a Aulo y a su mujer nuestros propsitos, su virtud nos hubiera salido al paso..

Y no me atrev; no me atrev -con ellos. Los pavos reales son hermosas aves, pero su grito es tan estridente!.. Me ha dado miedo ese grito.

Pero he de felicitarte por tu eleccin: es una aurora rosada y transparente. Cuando toqu su mano con la rma, me abras un fuego desconocido. Tiene que ser ma! Quisiera matar a Pomponia, a Aula, y robar a Ligia!

No dormir esta noche! Voy a mandar que azoten a un esclavo y escuchar sus lamentos. Ests hablando como un carpintero de la Suburra! Tiene que ser ma. He acudido a ti en busca de consejo; si t no puedes drmelo, yo solo hallar el cammo,. No traemos a los brbaros atados detrs de nuestro carro de triunfo para luego casarnos con sus hijas. Evita los medios extremos, y djame tiempo para combinar un plan. A m tambin Crysotemis me pareci hija de Jpiter en persona, y no me cas con ella, como tampoco Nern se cas con Act, aun creyndola hija del mismisimo rey Atalo.

Clmate y reflexiona, que si Ligia quiere por ti dejar a los Plaucio, ellos no tienen derecho a retenerla; y no ignoras que tambin ella est herida por Eros. He visto las llamas del incendio, y puedes creerme. He pensado demasiado hoy y estoy cansado. Pero te prometo, en cambio, que maana idear algn medio de satisfacer tu amor, y no sera yo Petronio si no lo encontrara.

Largo rato guardaron silencio; al fin lo interrumpi Vinicio diciendo: - Te doy gracias, y que la Fortuna te sea benvola. Pues que est enamorada de uno de mis libertos, el flautista Teoeles y cree que lo ignoro. Sabes 10 que te U1g0, Marco? IV Petronio cumpli 10 prometido. Al da siguiente de su visita a Crysotemis se hizo llevar al anochecer al Palatino, donde sostuvo una secreta conversacin con Nern, y el resultado de ella fue que tres das despus se detena ante la puerta de Plaucio un centurin al frente de un pelotn de pretorianos.

Los tiempos a la sazn eran inseguros y terribles, y enviados de tal naturaleza eran-casi siempre mensajeros de muerte. Prevenidos de la presencia de ellos los esclavos y dems habitantes, reunironse en las puertas y corredores. Slo Plaucio, acostumbrado a mirar cara a cara a la muerte, conserv su serenidad: su rostro de guila pareca tallado en piedra. Hizo callar a las mujeres y alejarse la servidumbre, y dijo:.

Aulo Plaucio se dirigi al atrio, donde le esperaba el centurin Cayo Hasta, que bajo su mando haba servido en Britania- J efe, salve! Te traigo, de parte de Csar,' una orden y un saludo.

He aqu las tablillas y el sello que prueban que vengo en su nombre. Salve, Hasta! Cul es tu mensaje? El divino Nern te agradece, oh jefe l, la hospitalidad que le has otorgado tan largo tiempo ; pero creyendo que esa joven debe estar bajo la proteccin inmediata del Csar y del Senado, te ordena que me la entregues al instante. Aula era soldado demasiado duro para demostrar quejas o vanas palabreras en tal momento. Una arruga colrica se marc en su ceo.

El centurin conocia bien aquella seal de reconcentrada energa que hizo temblar ms de una vez a los legionarios, sus subordinados. Aulo se sentia inerme ante la orden del Csar, y tras breves momentos, durante los cuales ley nuevamente los comprobantes del centurin, dijo con voz firme y tranquila: - Espera, que te ser entregado el rehn. Dirigise hacia el otro extremo de la casa, donde Pomponia, Ligia y el pequeo Aulo le esperaban, nerviosos y atemorizados.

Se trata de Ligia Fuiste entregada en prenda por tu pueblo a los roruanos, y a Csar corresponde cuidar de ti. Plaucio hablaba tranquilamente, pero con voz temblorosa. Ligia le escuchaba como si no entendiera 10 que le deca.

Pornponia se volva lvida, y nuevamente se agolparon en los corredores y las puertas de la casa los esclavos, aterrados. Mejor sera para ella la muerte!

Ligia solloz: Madre t Madre t Ensombrecise de nuevo la cara de Plaucio, que murmur: - Si fuera slo por m, no te entregara viva; pero no tengo derecho a llevar al martirio ami mujer y a mi hijo, que acaso alcance mejores tiempos. Ir a ver hoy mismo a Csar y le rogar que d contraorden; no s si me oir siquiera. En tanto, adis, Ligia, y no te olvides de que Pomponia y yo bendecimos el da en que te presentaste en nuestro hogar!

Salve, y adis, alegra y luz de nuestros ojos! Al decir esto, Plaucio se dirigi al atrio, queriendo dommar aquella emocin que haca subir lgrimas a sus ojos, pues las lgrimas eran debilidad en un romano.

Mientras tanto Pomponia condujo al cubculo a Ligia, prodigndole palabras de consuelo y esperanza que sonaban deextrao modo en aquellos lugares cercanos al cesarium, en cuyo altar Plaudo haca sus ofrendas segn el rito de sus antepasados. Despus habl de sus propios dolores. Aulo an no. Quizs esto durara siempre, Despus vendra una separacin ms desgarradora y terrible que la que se les haca sufrir en aquel momento, y esto la torturaba cruelmente.

Sin cesar de implorar de la gracia y de la piedad divinas un rayo de luz que convirtiera a Plaucio antes de la ausencia definitiva, ella ofreca su sufrimiento a Dios ; esperaba, tenia confianza en l; y cuando a esta hora venia a herirla el destino, cuando la orden.

La abraz estrechamente; Ligiase arrodill a sus plantas y escondi el rostro en el peplo de Pomponia, sollozando. Cuando se levant pareca ms tranquila. Mas te prometo que en la casa de Csar no olvidar nunca tus palabras. Despidise tambin del pequeo Aula, del anciano griego que a ambos serva de preceptor y de todos los esclavos.

Uno de stos, fornido y atltico, ligio, que con otros haba entrado al par que ella. Permteme ir con mi seora, para velar por ella en el palacio de Csar! Adems, de qu modo p6dras proteger a tu ama? S solamente que las barras de hierro crujen deshechas entre mis manos, como trozos de lea. Aula Plaucio, lejos de oponerse al deseo de Urso, declar que todo el squito de Ligia, una vieja esclava que la haba cuidado de nia, dos peinadoras cipriotas y dos muchachas germanas que servan en los baos, todas ellas de la confianza de Pomponia, la acompaasen tambin a la casa del Csar.

Adems, escribi algunas lneas para recomendar a Ligia a la proteccin de Act, liberta de Nern. Pomponia no la encontraba en las reuniones de los adeptos, pero haba odo decir que Act no rehusaba nunca su proteccin a los cristianos y que lea vidamente las epstolas de Pablo de Tarso.

Pidi que se dieran prisa, pues tema que achacaran a falta de celo su tardanza, y, tras un ltimo y desgarrador adis, llevse a Ligia ya su acompaamiento. Aulo, despus de calmar a su hijo, que lloraba con desespera- ' cin, hizo que le preparasen su litera, y en tanto, encerrndose en la pinacoteca con su mujer, le dijo: '.

Ir tambin a ver a Sneca, pero a ste no le escucha ya Nern. A los que hace caso es a Sofonio, Petronio y Vatinio. Acaso Nern no haya odo jams hablar de los ligios, y si hoy reclama a, la persona dejada en rehenes por ellos a los romanos es que alguien le ha inducido a ellocon un fin malvolo.

Fcil es adivinar quin es el causante de nuestra desgracia. Que sea maldita la hora en que Vinicio traspas el umbral de nuestra puerta! He adorado hasta ahora a nuestros dioses, pero empiezo a creer que slo hay uno que dirige el mundo: uno perverso y desatentado, cuyo nombre es N ern.

Nern es solamente un puado de polvo infecto en comparacin de Dios. E,l rudosoldado, dominando a duras penas la ira y el dolor que sentia, dijo : - Petronio no la ha robado para Csar, porque se expondra a la clera de Popea. Ha sido, entonces, para l 'o para Vinicio. Hoy mismo 10 sabr. Un instante despus la litera le llevaba al Palatino, mientras Pomponia consolaba al pequeo Aula, que no cesaba de llorar y de amenazar a Csar.

Le dijeron, en efecto, que Csar estaba ocupado cantando con el flautista Terpnos y que, por otra parte, no reciba ms que a los que l haba llamado. Sneca, en cambio, aunque enfermo de calentura, le recibi cun muestras de cariosa consideracin, y al oirle le habl as, sonrindose con amargura:. Le disuadi de su propsito de visitar a Tigelino, a Vatinio o a Sofonio.

Has callado, Plaucio. Has callado durante aos enteros, y Csar no gusta de los silenciosos. Cmo te has aventurado a no entusiasmarte ante su belleza, su virtud, su canto, su declamacin elegante, su destreza en el circo y sus versos?

Cmo no has glorificado el asesinato de Britnico? Cmo no has hecho el panegrico del matricidio y no le has felicitado por la muerte de Octavia? Y tomando un vasito que colgaba de su cintura Jo llen en el impluviu,m, refresc sus abrasados labios y continu : -.

Que Nern tiene un corazn agradecido, nadie 10 sabe mejor que yo, maestro de su juventud. Por eso bebo con confianza esta. Para envenenar esta agua habra que inficionar todas las fuentes de Roma. Como ves, an puede uno sentirse seguro en este mundo y tener una vejez tranquila. Es verdad que estoy enfermo, pero es ms bien del alma que del cuerpo. Tenia razn Sneca. Su enfermedad nada de sentirse dbil hasta el punto de pasar la vida haciendo concesiones al mal, que un propagador de las ideas de Zenn no deba hacer nunca.

Sentase dbil y sufra en su debilidad. El malhechor que arrebat a Ligia de nuestro hogar es Petronio. Dime qu medios podra emplear, a qu influencia ser ms sensible; utiliza cerca de l tu elocuencia, que nuestra vieja amistad sabr hacer ms elocuente. No s de qu medios valerme. No sabe distinguir el bien del mal. Prubale que su conducta es antiesttica y le dar vergenza. Cuando le vea le dir: "Te has portado como un liberto. Se hizo conducir inmediatamente a casa de Vinicio, al que encontr tranquilamente dedicado a la esgrima.

En cuanto estuvie. La frente del joven se haba cubierto de sudor; fulguraban sus ojos y sus labios proferan preguntas incoherentes, que demostrahan a la vez celos y furor. Le pareca que Ligia, al franquear el umbral de la casa de Csar, estaba definitivamente perdida para l. Pero cuando Aulo pronunci el nombre de Petronio, una sospecha cruz como un.

Vuelve a tu casa y esprame, No ser de Petronio ni de Csar! Antes la matara y me matara yo despus! Aulo entr en su casa algo ms tranquilo, seguro de que Vinicio hara todo lo imaginable para sacar a Ligia de las garras de sus perseguidores. Comunic s. Ya de noche, llam a su puerta un emisario que entreg a Plaucio una carta.

La cogi con mano temblorosa, yal leerla se nubl su rostro. VI Petronio se-encontraba en su biblioteca cuando Vinicio penetr en ella como un huracn, arrancle el clamo, que arroj al suelo y 10 pisote, y clavndole los dedos en un hombro le dijo con voz ronca:,.

Qu has hecho de Ligia? Dnde est? Prueba a soltarte. Erebo, te juro que si me has traicionado te hundir un cuchillo en la garganta, aunque ests en la habitacin de Csar. Como ves, el acero es ms fuerte que el hierro, y aunque de tu cuerpo se pueden tallar dos como el mo, no tengo por qu temerte. Por el contrario, lamento tu ordinariez. Y si la ingratitud humana no fuera cosa vieja para m, tu ingrafitud me extraara.

Solicit de Csar dos cosas, y prometi complacerme: primera, sacar a Ligia de casa dePlaucio, y segunda, que te fuera entregada. No tienes entre los pliegues de la toga un cuchillo para c1avrmelo en el pecho? Te aconsejo que esperes un par de das, porque si me matas te encerrarn en una prisin y tu divina Ligia se aburrir sola en tu casa.

La amo y el amor me trastorna los sentidos. Oye 10 que anteayer dije a Csar: "Mi sobrino, Marco Vinicio, est tan enamorado de una chiquilla flacucha" educada en casa de Plaucio, que su casa, a uerza de suspiros, parece una casa de vapor.

T, Csar, y yO, que no amamos ms que la verdadera belleza, no daramos por ella mil sestercios; pero' ese muchacho ha sido siempre tonto y ahora 10 es mucho' ms, " - Petronio! He convencido a Borbarroio de que un artista como l no puede considerar atractiva a una chicuela semejante, y Nern, que no se atreve a ver ms que por mis ojos, la dejar en paz. Era preciso ponerla a resguardo de ese mico.

Tienes derecho porque es un rehn, y al mismo tiempo le haces un flaco servicio a Aula. T sers el guardin del rehn. Nern la tendr unos' cuantos das, para disimular, y despus la enviar a tu casa. Tienes queja de m? Crees t que no la amenaza ningn peligro? Recuerda que en el palacio de Csar viven diez mil personas, y es ms que probable que Nern ni tan siquiera vea a tu ninfa. Un centurin me ha trado la noticia de que Ligia est en palacio y al cuidado de Act, que es un alma buena.

Sin duda, Pomponia tiene, como yo, confianza en ella, puesto que le ha recomendado su ahijada. Maana da Nern uno de sus fastuosos banquetes, y he hecho que tuvieras sitio al lado de tu adorada. Cre que la habas robado para ti o para Csar. Sabes que es Tigelino el que provee de aventuras amorosas a Csar, y sabes tambin, conocindome, que si yo qui- siera a: esa muchacha te diria cara a cara: "Vinicio, te quito a Ligia, y la tendr ami lado hasta que me canse de ella.

Pero perrniteme tan slo preguntarte: Por qu no has hecho que llevasen directamente a Ligia a mi casa? Barbarroja es un perro cobarde. Sabe que su poder no tiene lmites, y, sin embargo, busca siempre apariencias de justicia para sus delitos. Nern es cobarde; pero Tiberio no 10 era y hacia 10 mismo. En qu consiste esto? A veces pienso que ese inconsciente culto a la virtud tiene su razn de ser, porque el delito nos parece feo, y la virtud, hermosa. Ergo un verdadero esteta es, por el mero hecho de serlo, un hombre virtuoso.

De modo que soy un hombre virtuoso. Tengo que beber hoy saludando las' sombras de Protgoras y Georgias. Ya ves, impetuoso Marco, que los sofistas pueden alguna vez servir para algo. Invocar sobre m las iras de los dioses infernales; se pondr furioso. Si al menos tomase previamente una buena leccin de declamacin! Qu te parecerla SI pidiese a Borborroja que le nvitase manana a su banquete? Te vera en el triclinio, al lado de Ligia. VII Actse vio agasajada por toda Roma mientras fue duea de los sentimientos del Csar; sin embargo, nunca pareci estar envanecida, ni se mezcl en poltica, y la influencia que ejerca sobre el joven Csar la empleaba slo para inclinarle a la misericordia.

Silenciosa y dulce, tenia mucha gente agradecida, y ni aun la misma Octavia le guardaba rencor, seguramente porque le parecera demasiado inofensiva para inspirarle celos. Se saba que quera a Nern con un amor doloroso y sin esperanza, alimentado tan slo por el recuerdo de que aqul, cuando joven, no era el hombre sanguinario que ahora se mostraba. Como exista la posibilidad de que Csar se volviera a fijar en ella, la dejaban tranquila, y a Papea no se le ocurri hacerla salir de palacio.

En cierta manera su situacin era privilegiada, pues Csar, a pesar de haberla alejado de s, 10 hizo sin enfado y le dio la libertad, habitacin separada, algunos esclavos y no pocas veces asiento a su mesa. Los ms distinguidos tomaban asiento a la mesa ; los dems esperaban con paciencia a que los esclavos que servan el banquete les entregasen el resto de los manjares y' bebidas que haban sobrado.

Ligia tena que asistir al festn aquella noche. Esta idea la aterrorizaba. Tena miedo de Csar, de los hombres, de aquel palacio, de las fiestas ignominiosas que haba odo condenar tanto a Aulo, a Pomponia ya' todos sus conocidos.

Tambin sabia que se maquinaba su prdida, operola fe fortaleca su alma y se hizo el juramento de no dejarse vencer. Lo juraba por su madre adoptiva, por s misma, por su divino Maestro,. Pretendi aconsejarse de Act, pero sta la mir con asombro. No, Ligia; Csar, que ha dispuesto ya una vez de ti, puede hacerlo siempre que le venga en gana: No hay en el mundo ms que la libertad de Csar, y ante ella t no eres ms que un simple juguete. Yo tambin lei las epstolas de Pablo de Tarso - sigui diciendo Act -, y s que ms all de esta tierra hay un Dios, y el Hijo de Dios que resucit de entre los muertos.

S tambin que tu doctrina te obliga a preferir la muerte a la deshonra, como tambin a los estoicos de quienes nos habla Epicteto. Sabes t la suerte que te espera? No provoques a Csar, Ligia; cuando sea oportuno podrs obrar conforme a tus creencias, pero entretanto no provoques sin necesidad tu perdicin.

La liberta hablaba apesadumbrada, mientras en' sus pestaas brillaban las lgrimas. Solamente yo le amo. Poco antes de que me arrancaran de casa de Plaucio estuvo en ella Petronio, y mi madre est convencida de que todo ha ocurrido por instigacin suya. Ten en cuenta, adems, que Aulo y Pornponia no son de su agrado.

No has tenido ocasin de conocer a algn otro familiar de Csar en casa de los Aulos? Act sonri con ternura. Si deseas volver a la casa de Aula, se te presenta una excelente ocasin para pedir a Petronio y a Vinicio que intercedan por ti. Si estn presentes te dirn 10 mismo que yo: tratar de resistir es una locura. Obrar como t dices. No cesaba dedecir, mientras la arreglaba, que era una incomparable primavera, hecha de ncar y rosas.

Eres cien veces ms bella que Popea! Qu hermosos cabellos! No quiero empolvarlos con oro. Tus ondas tienen ya reflejos dorados; slo precisas de unos pequeos retoques Despus de untarla con perfume, la visti con una delgada tnica dorada, sin mangas, sobre la cual haba de llevar el blanco peplo. Faltaba peinarla ;envolvi a la doncella en un amplio peinador y despus de hacerla sentar en un banquillo la entreg al cuidado de las esclavas. Terminado el tocado, le puso el peplo.

Act pas por el cuello de Ligia un collar de perlas y le dio algunos toques al cabello con polvo de oro, despus de lo cual ella, a su vez, se hizo vestir oor las esclavas. Estuvo arreglada al cabo de un rato, y las dos. Por momentos; la multitud que penetraba por el grcil arco de entrada se iba haciendo ms numerosa, y sobre el arco la magnfica cuadriga de Lisias pared a lanzarse al espacio para volar al trote de unos caballos que tuviesen alas en los pies. Los ojos de Ligia se abran con asombro ante todas aquellas cosas que no estaban acostumbrados a ver en la austera casa de Aulo.

Los ltimos rayos del sol reflejaban un tornasol de rojos cambiantes sobre el mrmol de las columnas, entre las cuales pasaban, al lado de las estatuas de dioses y hroes, un sin-. Desde lo alto pareca presidir aquel desfile un Hrcules gigantesco, cuya cabeza iluminaban los rayos del sol, mientras el cuerpo se esfumaba ya en la sombra que proyectaban las columnas, Act mostraba a Ligia los. Bajo este edificio estn los calabozos, en uno de los cuales se devoraba las manos el ms pequeo de los Drusos, torturado por el hambre; el hermano mayor muri envenenado.

Estos muros han odo los gritos y los suspiros de los moribundos; y entre estos hombres que van llegando al banquete quizs hay algunos que ya estn condenados a muerte. No pocos de ellos tratan de ocultar, con su fingida sonrisa, el temor que sienten por el maana. La ambicin, la avaricia, la envidia, anidan en el corazn -de esos hombres que ves adornados de joyas. Ligia, llena: de temor por las palabras de Act, pensaba en la morada apacible de Aulo y de Pomponia; -pero, sin embargo, no dejaba de fascinarla aquel mundo maravilloso.

El ruido iba aumentando por momentos, y las conversaciones se mezclaban con el murmullo de los surtidores, que parecan lanzar sollozos al caer en las pilas de las fuentes. Act call un momento, y Ligia continu mirando la multitud, como si quisiera buscar 'alguien. De pronto su semblante enrojeci. Ligia sinti una sensacin de alivio en su corazn. Ya no estaba sola.

El recuerdo doloroso de Pomponia y de su casa ces de -tormentarla. Todos los dems deseos se aquietaron ante el anhelo de ver a Vinicio, de hablar con l. Comprendi sbitamente que no slo era preciso que asistiese al banquete, sino que, adems, tena deseos de asistir.

Se senta invadida por una gran alegra al pensar que dentro de poco volvera a oir aquella voz tan querida, que le haba hablado de amor, y que todava sonaba en sus odos. Act le torn la mano y Ligia avanz con los ojos deslumbrados hacia ,el triclinio, sintiendo que los odos le zumbaban.

Al poco rato oy las aclamaciones con que saludaban la llegada de Csar, y vio a ste como a travs de una densa niebla. Apenas si se fij en que Act, despus de instalarla en la mesa, se haba colocado a su derecha. Vinicio, despojado de su toga, llevaba una tnica escarlata sin mangas, que dejaba sus brazos al aire, adornados con brazaletes de oro; estaba coronado de rosas, y sus ojos brillantes y su tez morena parecan significar la juventud y la fuerza.

Ligia, emocionada por la presencia de Vinicio, apenas pudo responder : , -- Salve, Marco! Vinicio continu: - Dichosos mis ojos, que. Sabia que te encontrarla aqu, y, no obstante, al verte me eonmov como ante una dicha inesperada. Ligia sinti en aquel momento que, entre toda 'aquella gente de palacio,' slo Vinicio representaba algo para ella, que era la nica persona con quien poda contar, y empez a hacerle preguntas respecto de todas aquellas cosas que no poda comprender' y que tanto miedo le causaban.

Por qu me han sacado del lado de Pomponia? Escucha, Marco: sin la esperanza de que Petronio y t hablarais a Csar en mi favor, me hubiera muerto de pena. Vinicio contest que haba tenido noticia del traslado por boca del mismo Aula. Csar nunca da cuenta a nadie de sus determinaciones. Pero no tengas ninguna clase de temor, querida, que estoy a tu lado y nunca te abandonar. T eres todo para m, y tengo que defenderte.

Si la casa de Nern te da miedo, yo te juro por mi. Hablando de esta manera, Vinicio trataba de eludir ms explicaciones, y aun en ciertos momentos necesitaba mentir. Sin embargo, su voz tena inflexiones de veracidad, pues su sentimiento de amor era verdadero. Creca por momentos la algaraba del festn, e inclinndose ha- ' cia Ligia ernpez a murmurar a su odo, con voz apasionada, frases exaltadas y tiernas promesas, que sonaban en los odos de la joven como msica embriagadora.

Aquellas frases le inspiraban cierto temor, y, no obstante, no-hubiera querido perder ni una sola slaba. Algunas veces bajaba los ojos, pero pronto volva a levantarlos, dirigiendo a Vinicio una mirada tmida y a la vez suplicante, como queriendo decirle que siguiera hablando. Empez a aturdirse con el ruido, la msica, el perfume de las flores y de los inciensos.

De pronto sinti que Vinicio coga su mano, 10 mismo que ya hiciera en casa de los Aulos, y que murmuraba con voz temblorosa: ' -i Te amo, Callina! Te adoro, amada ma! Pero Vinicio, como embriagado, continuaba : ". Vinicio se enfureci contra Csar y contra Act, que haba roto aquel encanto. Ella respondi con tristeza: - As y todo, lo veo. Vinicio call y al momento dirigi su mirada hacia donde estaba Nern. Ligia hizo lo mismo, viendo que, como haba 'dicho Act, a travs de su lente de esmeralda, la miraba fijamente.

Se cruzaron las miradas y Ligia qued sobrecogida de espanto. Tom, como una nia asustada, la mano deVinicio, y a su mente acudieron confusos pensamientos. Y 10 que ahora contemplaba era una cabezota enorme, sobre un cuello deforme tambin; cabeza horrible, pero grotesca, que de lejos pareca ser la de un nio de corta edad.

La tnica color amatista, que los dems no podan usar, daba un tirite violceo a su cara corta y ancha. Llevaba los oscuros cabellos peinados en cuatro bandas de bucles superpuestos, conforme a la moda adoptada por Otn.

No llevaba barba. Haca poco tiempo que. Toda Roma le haba demostrado gratitud por aquel sacrificio; pero se deca que el mtivo verdadero era el de tener, como toda su familia, rojo el pelo de la barba. Haba, sin embargo, algo de olmpico en aquella frente abultada, sobre las cejas tpidas, que denotaba la conciencia del poder. Pero bajo aquella frente gesticulaba un rostro gordinfln, que reflejaba deseos sin freno e inconstantes.

Un rostro de ebrio y de histrin. A Ligia le pareci siniestro, pero, ms que nada, repulsivo. Al quitarse Csar la esmeralda pudo ver Ligia dos ojos azules y saltones, inexpresivos y vidriosos; ojos de agonizante. Volvise Nern a Petronio y le pregunt: - Es sa la muchacha dejada en rehenes, de quien est enamorado Vinicio? Pero en tu rostro, como buen conocedor de la belleza, leo ya tu fallo.

S, esta joven es delgada, sin formas, semejante a un tallo, y t, como buen esteta, gustas en la lUUjer no slo de la cara, que en realidad es lo menos interesante' y tienes en ello mucha razn. Apuesto que, no obstante la dificultad que tienes de apreciar las lneas del cuerpo en estos banquetes en que todos estamos recostados, t has pensado ya con desdn mirando la muchacha: " Es demasiado estrecha de caderas!

Sonrise Petronio con imperceptible irona, y entonces, diri- gindose a Tulio, dijo : - No opinas t lo mismo, Tulio? Queda probar que tienes un poco de entendimiento, y 'Csar asegura que eres un verdadero asno. Vestinio, creyendo que hablaban de los sueos, dijo :. Me dijeron en una ocasin que Roma perecer, y que yo he de dominar todo el Oriente. En esto Vitelio, que haba llegado al festn medio borracho, prorrumpi en gruesas carcajadas sin motivo alguno.

De qu se re ese barril de grasa? El festn iba animndose. Las copas se vaciaban sin cesar, y una lluvia de rosas caa desde la bveda. Petronio suplic l. Nern que amenizara el banquete. Los' invitados hicieron la misma splica que Petronio, pero Nern ernpez por excusarse.. Decia que estaba ronco y que no podria complacer a su pueblo.

Lucano entonces empez a rogarle en nombre del arte y de la humanidad. No seas cruel! No nos castigues con tu silencio! Y todos los circunstantes repitieron a coro: - No seas cruel, Csar! Nern levant las manos en seal de acceder, y entretanto dio la orden de que se anunciara a Popea que iba a cantar. Una indisposicin haba impedido a la soberana participaren el banquete, y no podra encontrarse para ella un remedio ms eficaz que el canto del Csar.

Popea entr a los pocos momentos vestida con la tnica amatista y adornada con preciosas joyas. Ligia nunca haba visto antes una belleza semejante. Apenas poda creer que aquella- mujer fuese Papea, la que haba incitado a Nern a asesinar a su madre y a su esposa; jams hubiera podido imaginarse Ligia que existiera criatura dotada de tal belleza.

Qu hermosa es! T no te das cuenta de tu hermosura; si 10 supieras te enamoraras de ti misma, como Narciso. Csar se haba levantado, y tomando un lad se prepar para su recital. En el tric1inio reinaba un gran silencio, [nterrurnpido solamente por el tenue rumor de las hojas de rosa que caan de la bveda.

Aunque algo velada su voz, no era del todo desagradable, ni tampoco los versos carecan de belleza. Al terminar el himno estallaron atronadores aplausos. Algunas mujeres haban levantado los brazos y continuaban en esta actitud mucho despus de haber terminado el canto. Otras se secaban las lgrimas. Por todas partes se oa un fuerte murmuno. Popea inclin su cabeza y bes la mano de 'Csar, mantenindose as durante algn tiempo sin pronunciar palabra.

Pero Nern miraba con insistencia a Petronio, cuyos elogios apreciaba ms que todos los-dems. En cuanto a los versos, hubiera querido que fuesen menos buenos, porque entonces me habra sido fcil encontrar algn elogio que hubiera sido digno de ellos. No le desagrad a Lucano la frase de Petronio, y le dirigi una mirada de agradecimiento; pero fingiendo enojo dijo:.

Mi nombre hubiera sobrevivido muchos aos, mientras que ahora es eclipsado por Csar, 10 mismo que el sor extingue la luz de un farolillo. Recomend a los invitados que perrnaneciesen en sus puestos, y poco despus regresaba para presenciar el espectculo quehaba preparado de acuerdo con Petronio y Tigeliilo.

Aquello, ms que una danza, era un cuadro vvido. Y cuando despues entraron los coribantes y las bailarinas sirias y ejecutaron una danza bquica y orgistica que acompaaban" de gritos. Pero de la red de oro tendida sobre ellos seguan cayendo solamente rosas. Aliado de ella, Vinicio, medio borracho, murmuraba febrilmente a su odo palabras amorosas que cada vez turbaban ms a la inocente doncella. N uevamente fue, sobrecogida de un miedo invencible. El banquete estaba muy lejos pe terminar.

Los esclavos continuaban trayendo nuevos manjares y llenando las copas adornadas. Ante la mesa, que estaba dispuesta en semicirculo, aparecieron dos atletas, que en el acto empezaron una lucha VIolenta.

Luchaban como fieras, y sus pies desnudos hadan resonar, al' - aplastarlas las hojas -de azafrn que alfombraban el suelo. Al poco rato la respiracin de su adversario se hizo fatigosa, hasta convertirse en estertor. Su ros-. Atronadores aplausos acogieron la victoria de Crotn, mientras ste pona el pie encima del vencido. Luego entraron los juglares, bufones y hombres que imitaban las voces de animales; pero no consiguieron interesar a los espec- tadores, porque sus ojos ya estaban nublados por el vino.

La atmsfera acab por hacerse irrespirable con los olores de aceites perfumados que los esclavos aplicaban a cada momento a los pies de los comensales, el vaho de las gentes, el aroma del azafrn y de las flores.

Las lmparas ardan con una luz opaca y las guirnaldas se tardan ya en aquellas frentes que desprendan gotas de sudor. Petronio no estaba borracho, pero no as Nern, que si al principio haba bebido poco para conservar su voz divina, haba vaciado despus una copa tras otra hasta embriagarse por completo.

Quera recitar algunos versos, esta vez en griego, pero no consegua recordarlos y acab por entonar una cancin de Anacreonte. Pitgoras, Diodoro y Terpnos trataron de acompaarle, pero ninguno de ellos pudo entonar la cancin, y optaron por callarse.

Despus N ernernpez a examinar las manos de Pitgoras, - Qu. Yo he visto otras iguales hace ya tiempo Se qued en actitud meditabunda para reflexionar. De pronto su rostro se torn lvido: su madre!

Eran las manos de su madre, de, Agripina! Camina errante, CQ1l10 si buscara algo. Cuando se acerca 'una barca, '1 1 mira' y desaparece ; pero el pescador en quien ha puesto sus ojos muere. Nern no oa lo que decan y continuaba: - Sin embargo, yo he celebrado las lemurias.

No quiero verla ms. Pero fue necesario que desapareciera ; era preciso. Haba comprado un asesino. Ligia estaba ya horrorizada de Vinicio y en vano suplicaba con acento -lastimero que tuviese piedad de ella. El Vinicio deahora no era aquel tan amable que ella ya casi quera con toda su alma: se haba convertido en un asqueroso stiro.

Le faltaban ya las fuerzas y apenas poda tenerse en pie, cuando Vinicio la sujet entre sus brazos. Pero de p'ronto una uerza irresistible separ sus brazos con la misma facilidad que si fueran los de un nio, y le arroj a un lado, lo mismo que si se tratara de una paja. Qu suceda? Vinicio, asombrado, se frot los ojos y vio ante s la atltica figu-ra de Urso. Despus el gigante tom en brazos a su reina, y con pasos acompasados sali del triclinio, seguido de Act. Vinicio qued un instante confuso, pero inmediatamente se puso en pie y se precipit hacia la puerta, gritando: - Ligia!

Vinicio bebi y cay en el suelo desplomado. Aborto cero Varios autores. Madre M. Formar para servir Benigno Juanes S. Aceptar Leer mas. Cookie and Privacy Settings. How we use cookies. Essential Website Cookies. Check to enable permanent hiding of message bar and refuse all cookies if you do not opt in. We need 2 cookies to store this setting. Otherwise you will be prompted again when opening a new browser window or new a tab. Other external services. Privacy Policy. You can read about our cookies and privacy settings in detail on our Privacy Policy Page.

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